El Colegio Agustiniano Cristo Rey, en un emotivo evento de fe y comunidad, reunió a los estudiantes de Educación Media General para rezar el Rosario, bajo la guía y organización de la coordinación de pastoral con el apoyo del personal directivo y de los profesores de bachillerato. La actividad, realizada en el marco del mes del Rosario, fue un claro testimonio de devoción y de unidad que caracteriza a nuestra querida comunidad agustiniana.
Desde las 7:30 a.m., la cancha de bachillerato se llenó de alegrías y expectativas, ya que los estudiantes fueron organizados por niveles para rezar cada misterio y ofrecer reverencias a la Virgen María, llevando rosas en sus manos y corazones dispuestos, que se vieron congregaron una vez más, dentro de la institución, creando un ambiente de paz y espiritualidad resonante en cada rincón del colegio.
La coordinación de pastoral, coordinado por el P. Rafael Hernández y los docentes Johana Carrillo, Laura Pastrán, Jean Marc Fittipaldi y Reyna Sarmiento, prepararon minuciosamente este encuentro espiritual. De hecho, una hermosa muestra de este trabajo, se vio materializado con la creación de un enorme Rosario que colgaba desde las alturas del nivel de 1er y 2do año hasta el Altar, donde se encontraban el Fr. Francisco Pablo y el Fr. Alfredo Sánchez, -dirigiendo la celebración-: “el mundo entero es testigo de la bondad de Dios, pidamos por la vulnerabilidad social, por la paz y por la unión”.
Este gran Rosario fue diseñado con esferas de anime, cordón blanco y una cruz de cartón, todo pintado en tonos al frío (amarillo, azul, rojo, verde y marrón) que simbolizaron la bandera de Venezuela, el color agustiniano y el madero de la Cruz: “Fue un bello trabajo que se hizo con el equipo de Pastoral y con la colaboración de los Padres y Representantes de 5to año”, comentó la profesora Johana Carrillo, en una breve entrevista hecha en la oficina de pastoral.
La participación de varios profesores de las distintas áreas fue fundamental ya que, con cariño y dedicación, guiaron a los jóvenes en cada oración, manteniendo el orden y el respeto de la tradición del Rosario con la colaboración de la comisión de protocolo docente y el equipo de protocolo de estudiantes de 4to año.
Por otro lado, muchos de los estudiantes expresaron su agrado por la experiencia: “Fue una celebración preciosa. Me encanta que mi colegio haga este tipo de actividades, en las que además de conectarnos con Dios y nuestra Virgen, seguimos cultivando nuestra fe interior. Disfruté muchísimo la actividad del Santo Rosario” reveló Jana Guánchez, estudiante de 2do año.
El evento culminó con una oración colectiva por la paz del mundo; pero en especial por la de Venezuela. Siendo así, la imagen de un millón de voces juveniles elevándose al unísono, fue un recordatorio poderoso del impacto de la oración comunitaria. Esta jornada no sólo reafirmó nuestra fe, sino que también fortaleció los lazos de nuestra comunidad educativa, demostrando que, juntos, podemos ser un faro en el camino hacia la peregrinación de la esperanza, en un mundo que tanto lo necesita. ¡Somos Peregrinos de esperanza!
Artículo por Sinead Pulido